En los tiempos que corren de incertidumbre financiera, cada vez más personas están empezando a darse cuenta de que hace falta planificar las finanzas y ahorrar dinero con vistas al futuro. Una de las herramientas básicas para conseguir una situación financiera estable es una cartera de inversión. ¿Qué es una cartera de inversión y qué beneficios ofrece a las personas que desean mejorar su situación económica?
¿Qué es una cartera de inversión?
Una cartera de inversión se define como un conjunto de instrumentos financieros diversos en una persona que desea aumentar sus activos (inversor) invierte sus fondos. El objetivo principal es lograr un aumento de capital, pero indirectamente también se puede evitar que el valor de los activos disminuya. Para ello se pueden utilizar distintas herramientas, como acciones, bonos y fondos de inversión, pero también activos no financieros. Sin duda, entre los más utilizados destacan los bienes inmuebles y las materias primas.
Conviene tener en cuenta algunas reglas al crear una cartera de inversión. Lo principal es diversificarla. De esta manera, se minimiza el riesgo y se incrementan las posibilidades de obtener grandes beneficios.
¿Por qué merece la pena tener una cartera de inversión?
Poseer una cartera de inversiones tiene numerosas ventajas que no solo te permiten aumentar tu capital, sino también asegurarte para el futuro indirectamente. Entre los beneficios más importantes de esta solución, cabe destacar:
Aumento de capital a largo plazo: gracias a la variedad de inversiones, es posible obtener fondos considerables de varios mercados y sectores de la economía. Ten en cuenta que esto es un aumento de capital a largo plazo, lo que significa que las ganancias no tienen que llegar rápidamente. Por ejemplo, al invertir en inmuebles para su posterior venta, encontrar un comprador potencial puede llevar varios meses o incluso años.
Diversificación del riesgo: al poseer una cartera de inversiones diversificada, reduces significativamente el riesgo asociado a las inversiones. No dependes de una sola fuente, lo que significa que si una inversión te sale rana o sufres una congelación temporal de activos (como en el caso de la venta de inmuebles), no pierdes liquidez.
Generación de ingresos pasivos: esta ventaja de tener una cartera de inversión se aplica solo a ciertos tipos de inversiones. Hay instrumentos financieros, como los dividendos de las acciones o los ingresos del alquiler de inmuebles, que permiten obtener ingresos incluso sin contratar a un inversor.
Protección contra la inflación: una cuestión que está muy de actualidad, ahora que la inflación está en aumento. Hay elementos de la cartera de inversión, como los inmuebles, el oro u otras materias primas valiosas, que por lo general no se devalúan, sino que aumentan de valor.
¿Cómo empezar a crear una cartera de inversión?
Crear una cartera de inversión requiere, lógicamente, poseer ciertos activos. Esto no significa que tengas que poder permitirte comprar un inmueble en el centro de una gran ciudad. Para empezar, recomendamos crear una cartera que se adapte a tus capacidades económicas e invertir, por ejemplo, en materias primas. Ojo, en algunas situaciones merece la pena invertir en ciertos elementos de la cartera financiera aunque no tengas suficientes fondos para comprarlos con tu presupuesto actual. En esta situación, los créditos urgentes pueden servir de ayuda, ya que además se pueden obtener en poco tiempo. En cualquier caso, no tomes estas medidas a no ser que estés convencido de que los beneficios excederán los intereses que tengas que pagar por el préstamo.
Una cartera de inversión es una herramienta muy importante para asegurar el futuro económico. Gracias a ella, puedes recaudar fondos adicionales, así como reducir los riesgos asociados a la inflación. Crear una cartera de inversiones con cabeza es fundamental para asegurarse el futuro en materia económica y, en muchas situaciones, también supone una oportunidad para mejorar la situación actual.