Cualquiera que sea autónomo o tenga su propia empresa se enfrenta a numerosos desafíos económicos. Dos conceptos clave que conviene entender son la solvencia y la liquidez. ¿En qué se diferencian estos dos términos y por qué son importantes para los negocios?
Solvencia y liquidez
La solvenciaes un concepto que hace referencia a la capacidad de una empresa para pagar sus obligaciones a largo plazo. Esto significa que la empresa es capaz de saldar sus deudas con el paso del tiempo, sin necesidad de liquidar todas sus obligaciones de manera inmediata. La solvencia es un indicador clave de la estabilidad económica de cualquier empresa.
¿Por qué la solvencia es importante?
Si una empresa tiene solvencia alta, será más atractiva para los inversores y socios comerciales potenciales. Además, los bancos son más propensos a conceder créditos a las sociedades con mejor solvencia, algo que puede resultar clave en caso de necesitar financiación para desarrollar ciertas áreas de negocio.
¿Qué es la liquidez?
Por su parte, la liquidezhace referencia a la capacidad de una empresa para pagar las obligaciones actuales y cubrir los gastos corrientes. Es decir, una empresa con liquidez tiene los fondos suficientes para cubrir sus necesidades financieras a corto plazo.
En la práctica, si una empresa tiene liquidez baja, puede tener problemas para pagar facturas y sueldos, o comprar las materias primas necesarias. Esto puede generar problemas operativos y una disminución de la confianza de los clientes y proveedores.
Ratios de liquidez: herramientas de seguimiento
Ratio de I grado: liquidez inmediata
El ratio de liquidez inmediata o disponibilidad se centra en los activos comerciales más líquidos de la empresa, es decir, los fondos monetarios. Este ratio se calcula dividiendo los fondos disponibles entre la suma de todas las obligaciones a corto plazo. Se considera que el ratio debe encontrarse entre 0,1 y 0,2, lo que significa que solo una parte del capital debería conservarse en efectivo.
Ratio de II grado: prueba ácida
El ratio de prueba ácida es otro indicador importante de la liquidez. Este ratio considera los activos de mayor grado de liquidez que el efectivo. En este ratio, se excluyen las existencias de materiales, mercancías, producciones en curso y productos listos que pudieran resultar más complicados de liquidar rápidamente. Este indicador se calcula restando el valor de las existencias de la suma de los activos circulantes, y después dividiendo el resultado entre la suma de las obligaciones a corto plazo.
Ratio de III grado: relación corriente
Mide la capacidad de la empresa para pagar las obligaciones a corto plazo por medio de la liquidación de los activos circulantes. Este ratio se calcula dividiendo los activos circulantes entre las obligaciones a corto plazo. Este ratio de liquidez se debe situar entre 1,5 y 2,0, lo que significa que los activos corrientes deben ser aproximadamente dos veces mayores que las obligaciones actuales.
Línea ICO: una solución para la liquidez
Cuando una empresa afronta problemas de liquidez, puede optar por distintas opciones para obtener fondos adicionales. Una de las posibilidades consiste en solicitar una línea ICO, es decir, un crédito ofrecido por el Instituto de Crédito Oficial para mejorar la liquidez.
Las líneas ICO están disponibles para las PYMES, y pueden ayudar a cubrir los gastos actuales, además de proteger la liquidez de la empresa. Se trata de una opción interesante para las empresas que no pueden obtener un crédito comercial a causa de sus problemas de liquidez.
La solvencia y la liquidez son dos cuestiones clave que influyen en la salud económica de una empresa. Entender estos conceptos y preocuparse por su equilibrio puede contribuir a la estabilidad y el éxito comercial. Si tienes problemas de liquidez, recomendamos considerar una línea ICO como solución que puede ayudar a mantener la liquidez y alcanzar los objetivos comerciales. Si quieres conocer más detalles, consulta nuestro artículo dedicado a la solvencia.