Si bien Internet nos ha facilitado la vida más de lo que hubiéramos pensado, de alguna manera la pandemia aceleró el uso del ciberespacio tanto, que ya es un hábito hacer nuestra vida online en muchos sentidos: hacemos nuestras compras online, las reservas de todo tipo también las hacemos online, vamos al banco online, trabajamos online, socializamos online, vemos películas online, estudiamos online y hasta pedimos préstamos online.
Dicen que la oportunidad hace al ladrón, y no hay nada más cierto que esto en esta época en la que una gran cantidad de personas están necesitando un préstamo para cubrir necesidades urgentes.
Si bien hay muchas personas que son clientes en un banco, son muchas más las que no pueden acceder a los préstamos y créditos bancarios ya que no son considerados ‘sujetos de crédito’ y de alguna forma, esto ha propiciado la aparición de una gran cantidad de prestamistas online que ofrecen créditos y préstamos de poca cuantía y con muy pocos requisitos. Incluso, hay prestamistas que ofrecen préstamos a personas que se encuentran en los ficheros de morosos como la ASNEF.
No queremos satanizar a nadie, pero así como la gran mayoría de los prestamistas que operan online lo hacen de forma legal y supervisada, hay otros que no. Hay prestamistas que operan fuera de la ley aprovechando la gran demanda de préstamos y la urgencia de conseguirlos de hoy en día.
Incluso, hasta sin pedir ningún préstamo, de pronto recibimos llamadas o mensajes por correo electrónico o por las redes sociales que nos informan que ya está listo nuestro préstamo (que por cierto ni hemos solicitado) y nos piden que demos nuestros datos para que tramiten este mágico préstamo y en unos cuantos segundos lo tengamos abonado en cuenta.
Ningún prestamista legal y serio, envía mensajes por redes sociales como Facebook o WhatsApp, ni correos electrónicos con información sospechosa.
A continuación, te damos algunas recomendaciones que esperamos te ayuden a evitar ser víctima de un fraude.
Primera llamada de atención: No aceptes nada que no hayas solicitado
Cuando recibes este tipo de comunicaciones, sospecha… siempre sospecha y hazte las siguientes preguntas: ¿de dónde consiguieron mi información? ¿quién les dijo que tengo apuros económicos?
Muchas veces nos dejamos llevar por la emoción y la necesidad y no nos detenemos a pensar que muy posiblemente nos están engañando y que podemos ser víctimas de una estafa. Damos nuestros datos personales, incluso los de una cuenta bancaria donde recibiremos el mágico préstamo, e incluso somos tan cándidos, que ‘pagamos’ por adelantado una cuota de aceptación para verificar nuestra cuenta bancaria que nos reembolsarán al momento de ingresar en cuenta el préstamo.
¡Por supuesto que se trata de una estafa! ¡Y esa supuesta cuota nunca se va a recuperar!
Si recibes este tipo de comunicados, no los contestes, no muestres interés, bloquea el número de teléfono, borra ese contacto, si es un mensaje de email, mándalo a la bandeja de correo no deseado, NO ABRAS LA PUERTA A COSAS QUE NO HAS SOLICITADO: NADIE te ofrece ALGO FÁCIL DE OBTENER sin que des NADA a cambio.
Segunda llamada de atención: Fíjate bien a qué sitios accedes en la web
Al realizar tu búsqueda en el navegador, fíjate bien a qué enlaces, de los que te ofrece la página de resultados, entras. Por lo general, en Google, los resultados de búsqueda tienen encima escrito la URL del sitio web al que vas a entrar.
Sólo entra a sitios que comienzan con HTTPS, lo cual indica que el sitio web cuenta con el protocolo TLS (Transport Layer Security), que proporciona estas tres capas de seguridad principales: cifrado de la información, integridad de los datos y autenticación.
Una vez que entres, en la barra de direcciones debes ver un candado al inicio de la URL del sitio al que entraste. Este es el certificado SSL (Secure Socket Layer) que te garantiza la confiabilidad del sitio web.
Comprueba que todos los botones del sitio web funcionen, que tiene opciones con información en su Política de Privacidad y Términos de Uso. También, los sitios web seguros, ofrecen información sobre su razón social, datos de contacto y dirección de sus oficinas generales, las entidades que rigen sus operaciones y también el nombre de las asociaciones a las que pertenecen.
Si todo lo que vez en el sitio web, te hace sentido, seguramente entraste a un sitio de un prestamista seguro y que opera de forma legal.
Tercera llamada de atención: Demasiado bueno para ser verdad
¿Te has puesto a pensar que lo que te están ofreciendo es demasiado bueno para ser verdad? Dale un poco de crédito a tu intuición y rechaza esa oferta.
¿Quién te ofrece dinero con prácticamente ningún requisito, cobrándote unos intereses de risa (si es que mencionan ese dato) y a pagar cuando buenamente puedas, y todo a cambio de tus datos sensibles, incluyendo el número de alguna cuenta bancaria? Recuerda que en esta vida, nadie da algo por nada.
Si bien es una realidad que los prestamistas que operan de forma legal piden muy pocos requisitos, debes cumplirlos y ellos verifican quién eres y si tienes deudas y en base a ello, deciden o no prestarte.
Antes de proporcionar tus datos, investiga en la red y en redes sociales, a este prestamista. Busca opiniones y reseñas y en base a eso, usa tu mejor juicio.
Cuarta llamada de atención: Lee la letra pequeña
Cuántas veces por flojera aceptamos Términos y Condiciones de un sitio web para hacer uso de un servicio y no nos tomamos la molestia de ver en qué consisten esos Términos y Condiciones.
No leer la letra pequeña equivale a venderle tu alma al diablo. ¡Esto sonó drástico! Pero es verdad.
En la sección de Términos y Condiciones deben venir definidas exactamente las condiciones en las que vas a recibir un préstamo, las tasas de interés que te van a aplicar, qué puede pasar en el caso de que decidas pagar tu préstamo de forma adelantada, qué puede pasar en el caso de que no puedas pagar ese préstamo, entre muchas otras cosas.
Si esto no viene definido o lo que lees te pone los pelos de punta, mejor no tramites un préstamo con este prestamista, sólo Dios sabe en qué te estás metiendo.
Quinta llamada de atención: Denuncia los sitios fraudulentos
Hayas sido o no víctima de un fraude o si estuviste a un paso de serlo, denuncia. Es tanta nuestra indignación cuando alguien nos engaña y sobretodo, cuando te ha costado algunos euros, que no quisieras que nadie cayera víctima de los estafadores.
Sin embargo, muchas veces no denunciamos estos hechos por que en el momento preciso no sabemos ante quién presentar una denuncia:
Cuando busques un préstamo en internet, navega de incógnito. Te lo decimos porque las famosas cookies, además de permitir que tu experiencia de navegación sea placentera, también envían información sobre tus preferencias de navegación, es por esto que cuando navegas, te aparece publicidad relacionada con tus búsquedas, lo cual abre las puertas a que otros sepan que estás buscando préstamos. Hay empresas, que comparten con terceros tus datos de navegación e incluso hasta llegan a venderlos, de ahí es que puedes llegar a recibir información no deseada.