¿Necesitas contar con un respaldo económico que te ayude en momentos de falta de liquidez? ¿Has pensado en pedir un préstamo personal o un crédito? Si bien, estos conceptos suenan parecidos y comparten características en común, no son lo mismo. La diferencia principal entre un préstamo y un crédito radica tanto en el tiempo como la forma en la que el deudor dispone del dinero. Antes de continuar, queremos aclararte estos dos conceptos de una forma por demás sencilla, para después poderte explicar mejor lo que es una línea de crédito revolvente.
Un préstamo personal te permite obtener una cierta cantidad de dinero, el cual vas a devolver en una fecha fija. Desde el momento en que solicitas el dinero, conoces el monto de los intereses a pagar cuando devuelvas el préstamo. Una vez que devuelves el préstamo, si necesitas dinero nuevamente, siempre puedes volver a solicitar otro préstamo.
Por ejemplo, Manuel acude a una entidad financiera y pide un préstamo de 5.000 euros. Si la entidad financiera (también llamada acreedor) decide concederle el préstamo, le entregará a Manuel los 5.000 euros de una vez. Como deudor (también llamado prestatario), Manuel deberá devolver esos 5.000 euros (todo el dinero) más los intereses que éste haya generado al término del plazo del préstamo. Estas condiciones fueron pactadas al momento en que se concedió el préstamo.
Un crédito o línea de crédito te permite tener a tu disposición una cantidad de dinero determinada, que podrás utilizar cuando lo necesites. Puedes utilizar toda la línea de crédito o sólo parte de ella, y únicamente pagarás intereses por el dinero que dispongas durante el tiempo en que lo dispongas. En la medida en que vayas devolviendo el dinero, siempre podrás disponer del saldo disponible en tu línea de crédito.
Por ejemplo, Manuel acude a una entidad financiera y pide un crédito ya que desea irse de viaje. La entidad financiera se lo concede y le abre una cuenta de crédito con 5.000 euros disponibles. A partir de ese momento, Manuel se convierte en un deudor potencial, debido a que si por alguna circunstancia, decide no viajar, no va a utilizar esos 5.000 euros y por lo tanto, no va a pagar ningún interés. En el caso de que Manuel decida viajar y utilizar todo su crédito o parte de él, tendría que devolver las cantidades de las que dispuso y los intereses se calcularán sobre el dinero utilizado. Conforme pague el dinero dispuesto, se le renovará el crédito y podrá seguir disponiendo de él.
Una vez hecha la aclaración de estos conceptos, y si tu necesidad de dinero no es inmediata, sino que quieres tener un respaldo por si acaso necesitas disponer de una suma de dinero, lo que más te conviene es una línea de crédito. Por el contrario, si tu necesidad de dinero es inmediata, un préstamo es lo que te conviene. Hay muchas empresas prestamistas en España que operan online y te ofrecen préstamos de forma inmediata, y al decir de forma inmediata, nos estamos refiriendo a que en menos de una hora puedes tener el dinero que estás necesitando ingresado en tu cuenta bancaria.
Principales diferencias entre préstamos y créditos
Si bien, la lógica nos dice que es mejor pedir un crédito ya que con él tenemos la opción de disponer de todo el crédito o parte de él y pagar intereses únicamente sobre el dinero dispuesto, la realidad es que una línea de crédito no siempre es conveniente.
A continuación te detallamos ciertos puntos que te darán una idea de cuándo solicitar un préstamo y cuándo una línea de crédito:
Si bien, en una línea de crédito pagas intereses únicamente sobre el dinero del que dispones, los intereses de un crédito suelen ser mayores que los intereses de un préstamo. En el caso de que pidieras una línea de crédito por 5.000 euros y dispusieras de toda la línea de crédito, saldrás pagando más intereses que si hubieras pedido un préstamo de 5.000 euros.
La cuantía de un crédito suele ser baja, es decir, los créditos no se ofrecen para cantidades muy grandes. En caso de que necesites una cantidad de dinero importante, no te será posible pedir un crédito sino que deberás solicitar un préstamo.
Si bien los intereses de una línea de crédito son mayores, los requisitos para solicitarla suelen ser reducidos.
En los créditos existe la posibilidad de poder cambiar la frecuencia de los pagos. Puedes comenzar pagando cada mes, y después cambiar la frecuencia de pagos a cada dos meses, por ejemplo. Esta no es una práctica común en los préstamos.
Cuando haces uso de tu crédito y lo devuelves, el dinero vuelve a estar disponible. Por ejemplo, solicitas un crédito de 3.000 euros (límite mensual) y dispones de 2.600 euros, quedándote disponibles 400 euros. Al mes siguiente pagas 600, tendrás que un nuevo límite de crédito disponible de 1.000 euros.
¿Qué es mejor crédito o préstamo?
Realmente no hay una mejor o peor forma de financiación. Todo depende de las necesidades de cada persona y de las condiciones que uno u otro instrumento brinden. Hay personas o empresas a los que les acomodará mejor un préstamo y a otros un crédito, pero volvemos a repetirlo, todo depende de las necesidades del prestatario y de las condiciones que brinde cada instrumento de financiación.
Por norma general, si se va a utilizar toda la cantidad solicitada de un crédito o de un préstamo, es mejor el préstamo ya que su tipo de interés siempre es más bajo. Si no necesitas de todo el dinero, siempre es mejor el crédito, pero debes estar atentos a las condiciones de uno u otro instrumento.
Crédito revolvente
Si eres observador, hasta este momento es que estamos mencionando el término ‘crédito revolvente’ también conocido como crédito revolving, que da título a este artículo, y a continuación te explicaremos este método de financiación, pero primero quisimos que te quedara bien clara la diferencia entre un préstamo y un crédito.
Pues bien, el crédito revolvente es un método de financiación que está sujeto a la renovación automática de forma regular.
Este tipo de crédito consiste en un capital que puedes usar libremente, esto es, todo o en partes, durante un tiempo determinado, el cual bien podría ser de un mes. Una vez terminado el plazo, el importe disponible del crédito volverá a ser el mismo que al inicio del periodo anterior.
Los intereses a pagar del crédito revolvente se calculan únicamente en función al monto utilizado. Esto es, cuanto menores sean los montos financiados, los gastos del deudor (intereses) serán más bajos. Sin embargo, hay ocasiones en que las entidades acreedoras suelen exigir un consumo mínimo mensual, el cual, de no cumplir se causará el cobro de una comisión o penalización.
El mejor ejemplo de un crédito revolving son las tarjetas de crédito revolving.
Ventajas del crédito revolvente
Entre las principales ventajas de un crédito revolving destacan :
Como deudor se tiene establecido un límite de tu gasto, el cual está definido por el límite de crédito.
Como este método de financiación es de libre disposición, puedes elegir un consumo mínimo indispensable, de esta forma los intereses a pagar son menores.
Desventajas del crédito revolvente
El tipo de interés de una línea de crédito revolvente es más alto en relación con los de otros métodos de financiación como serían los préstamos.
La tarjeta de crédito puede estar sujeta a diferentes comisiones, como podría ser cuando el deudor no realiza ningún consumo en el mes.
Si este método de financiación no se administra bien, puedes llegar a acumular deudas que serán muy difíciles de pagar. Por ejemplo, cuando decides pagar tus consumos en varios periodos, generarás más intereses que si cancelaras tus consumos de una sola vez, en una sola cuota.
Ejemplo de un consumo con crédito revolvente
Vamos a suponer que nuestro estimado Manuel, mencionado anteriormente en este artículo, recibe una tarjeta con una línea de crédito de 2.600 euros que es revolvente a treinta días con una tasa anual equivalente (TAE) del 30%. Si Manuel realiza un consumo de 1.600 euros en un mes, ¿cuánto deberá pagar al banco por ese mes?
Para poder obtener esta información, necesitamos obtener la tasa efectiva mensual (TEM), la cual se determina en base a la TAE:
TEM = [(1 + TAE) ^(1/12) – 1)
Sustituyendo los valores, tenemos que la TEM para este consumo sería de:
TEM = [(1 + 0,3) ^(1/12) – 1) = 2,20%
Los intereses por el crédito utilizado tendrán un monto de:
1.600 x 2,20% = 35,20 euros
Por lo tanto, Manuel deberá pagar a más tardar en la primera quincena del mes siguiente a su consumo, el capital prestado más sus intereses:
1.600 + 35,20 = 1.635,20 euros
Una vez hecho el pago, el límite de crédito vuelve a estar disponible por completo para Manuel.
Diferencia entre préstamos a plazos y el crédito revolvente
Para cada necesidad de financiamiento, podrás encontrar un instrumento que se adapte a tus necesidades. Entre estos instrumentos se encuentran los préstamos a plazos y los créditos revolventes.
Préstamos
Como ya lo hemos mencionado, un préstamo, ya sea plazos o rápido, es una cantidad de dinero que obtiene el consumidor de una entidad financiera, para algún fin determinado, ya sea para comprar un auto, reparar la casa, pagar matrículas, liquidar deudas, entre otros. El consumidor se compromete a devolver el importe total del préstamo más sus intereses de acuerdo a un plan de pagos fraccionados, los cuales normalmente consisten de una serie de cuotas mensuales, conocidas como plazos. Por norma general, los préstamos suelen ser por un importe y plazos determinados, los cuales no se pueden modificar, a menos que el titular solicite una ampliación de los mismos.
Este tipo de financiación es una buena opción para poder cancelar deudas acumuladas en tarjetas de crédito, las cuales están sujetas a tasas de interés más elevados, o en general, en situaciones en las que la persona conoce de antemano la cantidad que va a necesitar pedir a préstamo.
Crédito Revolvente
Este instrumento, llamado también, línea de crédito revolvente, es una cantidad de dinero que una institución financiera pone a disposición de un consumidor para efectuar compras. Al final de cada periodo de pago, generalmente un mes, se renueva el importe disponible de la línea de crédito revolvente. Este tipo de instrumento no siempre está sujeto a una fecha de vencimiento específica y en forma general, no tiene asociada una cuota a devolver mensualmente, más allá del monto del que se ha dispuesto cada mes. Un ejemplo de crédito revolvente es el de la línea de crédito personal, que es el que suelen ofrecer las tarjetas de crédito. Los fondos de un crédito revolvente pueden utilizarse para diferentes fines como sería pagar las reformas de una casa, gastos de viaje, o gastos comunes.
Algo que hay que tener presente, es que el tipo de interés de un crédito revolvente puede variar, por lo que es de suma importancia estar al tanto de los términos y condiciones que se aplican a este tipo de financiación para evitarse una sorpresa.
Ahora que ya conoces las diferentes características de estos tipos de financiación, podrás tomar una mejor decisión sobre el instrumento financiero que más se adecúe a tus necesidades, y como una especie de resumen te dejamos en pocas palabras las características principales de cada uno de estos instrumentos:
Préstamo personal en 20 palabras
Se obtiene a la firma del contrato
Intereses por todo el plazo del préstamo
Devolución en fecha determinada
Sin renovación
Línea de crédito en 20 palabras
Crédito permanente
Retiras dinero cuando lo requieras
Pagas intereses sólo del dinero que utilizas
Devoluciones en cuotas flexibles
Es renovable
Línea de crédito revolvente en 20 palabras
Disponibilidad diaria
Al reponer las disposiciones, reestableces la línea de crédito